
No me despiertes, amor,
que estoy soñando el cielo limpio
de tu alma.
Deja que la transparencia
de la noche derrita la blancura
de tu rostro, mientras las sombras
se confunden en la lejanía
de tu cuerpo errante.
No me despiertes, amor,
que estoy soñando la puerta desnuda
de tu piel.
que estoy soñando el cielo limpio
de tu alma.
Deja que la transparencia
de la noche derrita la blancura
de tu rostro, mientras las sombras
se confunden en la lejanía
de tu cuerpo errante.
No me despiertes, amor,
que estoy soñando la puerta desnuda
de tu piel.
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Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen de Kemal Kamil AKCA. Gracias
6 comentarios:
Imposible despertarse: ese sueño tiene la magia de la poesía. Abrazos.
Entonces solo resta guardar silencio y esperar que, de tu sueño, brote un nuevo poema para que el día no envidie el discurrir de tu noche.
Beso.
Muy bonito, Angélica. Tú sabes que me gustan los haikus, y quizá por ello, si reduzco tu poema a la primera y la última estrofa, descubro una belleza sencilla y dulce, como la canción de un niño.
Un abrazo
No te despierto... simplemente te dejo mi abrazo, con el cariño de siempre.
Bellisimo poema.
MentesSueltas
Yo no osaría despertarte.
Un beso.
Eso.
Con un sueño así mejor no despertarte.
Besos Angélica.
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