Me gusta cuando me hablas,
y escucho tus latidos y los míos,
y me hago tuya y te haces mío
sin palabras,
como el rayo de sol se hace agua
en la inmensidad del mar.
Me gusta la dulce confidencia
de tu aliento,
la sombra de tus manos
en las mías
y el amanecer que nace
con tu voz.
Me gusta deletrear tu nombre
cuando duermes
y comer la fruta de tu boca,
aprender el camino
de tus huellas en la noche
y decirnos todo,
y guardarnos nada.
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Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen de Doc Mandel. Gracias
10 comentarios:
Otra delicia de poema.
Este es muy tuyo...
Besos.
Gracias por estar siempre conmigo, Torito querido.
Un beso.
Vengo de recomenzar
Muy bonito tu comentario Y hermoso blog tienes
Muchísimas gracias por tu visita y tus palabras, querido Julián.
Un beso desde México.
Tiene razón Toro, este poema tiene la firma tuya en el orillo!
Felicitaciones por el blog renovado te quedó de perlas!!
Besos.
Con el tiempo, el estilo de componer va madurando y tiñéndose del color del alma :-)
Me alegra que te haya gustado este diseño, Patito querida.
Un beso.
Todo el poema me gustó :)
y lo precioso que está el blog tb :D
Mil besos Angélica.
Me encanta que te guste todo, mi querida Indra.
Mil besos más para ti :-)
Hacía tiempo que no te visitaba, y me quedo en esta entrada, que no la había visto, pero... ¿será posible que hayamos coincidido en el título de una entrada? ¡no me lo puedo creer! parece como si hubiéramos tenido telepatía, es increíble.
Me ha gustado mucho la dulzura de tus versos, con ellos se pueden escuchar hasta tus latidos porque en ellos está la esencia de tu alma y sentimientos.
Un beso muy grande, bella.
Sí María, lo mismo pensé al leer tu poema.
Conocemos el amor y nos hemos vestido con él, yo creo que por eso coincidimos una con la otra de la manera más bella.
Gracias por tu visita y tus palabras, mi querida y dulce María.
Muchos besos.
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