Me dices que lo sabes todo,
y yo te digo que no sabes lo que sé de ti.
Yo crezco en
tus caminos,
recogida en
el silencio de tus cosas, como un pájaro escondido que acaricia
tu mirada cuando hablas,
volando tan lejos de mí y tan cerca de ti,
y aunque no
me dejas quedarme,
soy feliz porque me tiendes tu mano y me sostienes cada tarde gris.
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Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen de Bibliana Rakocevic. Gracias
10 comentarios:
Es algo maravilloso encontrar esa mano cerca tendida para hacerte encontrar la luz encendida en esa tarde que parece gris y se convierte en color.
Un beso.
Sí, María querida, como gorrioncillo entre sus manos blancas y tibias.
Un beso, guapísima!
Me gusta que seas feliz Angélica.
De verdad que si.
Besos.
Lo mismo digo por ti, Torito querido. Ojalá lo seas :-)
Hoy, dos besos grandes para ti.
No hay tarde gris cuando el color de las palabras sueña, a contraluz, con ser cada instante en el refugio de tu poema.
Beso.
Qué bonitas cosas dices, querido Javier. Gracias por ser Poeta de tiempo completo.
Beso grande.
El saber del amor que camina muy despacio en los andariveles de la vida. Abrazos.
Es que el amor es nuestro eterno acompañante, querido Fernando.
Un beso grande.
Tener a alguien que te sostenga en tus horas bajas...es un tesoro.
Más besos
De verdad que sí, Indra querida. Un andamio sutil e interminable.
Muchos besos.
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