
El vino de tu boca
desordena mis silencios,
mientras un cielo
de estrellas
se desliza por mis labios
y me atrapa
en ti.
¡Cuánta fragancia
descubro
en la apacible blancura
de tu pecho!
Ven, acércate,
atravesemos juntos
el aire nocturno,
y deja que te entregue,
entre susurros,
la flor escondida
en mi piel.
desordena mis silencios,
mientras un cielo
de estrellas
se desliza por mis labios
y me atrapa
en ti.
¡Cuánta fragancia
descubro
en la apacible blancura
de tu pecho!
Ven, acércate,
atravesemos juntos
el aire nocturno,
y deja que te entregue,
entre susurros,
la flor escondida
en mi piel.
-----------------------------------------------------------------
Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen de Janusz Taras. Gracias